En la industria del repintado de automóviles, Cáscara de naranja Se refiere a una superficie irregular y texturizada en la pintura, similar a la piel de una naranja. Esta textura reduce la suavidad y el brillo de la superficie, lo que afecta negativamente la apariencia y la calidad general del acabado del vehículo.
La baja presión de la pistola pulverizadora produce una atomización deficiente, lo que provoca gotas de pintura grandes que no se pueden distribuir uniformemente sobre la superficie, lo que produce piel de naranja.
Solución: Ajuste la presión de la pistola rociadora dentro del rango recomendado por el fabricante de la pintura.
La pintura con una viscosidad excesiva tiene poca fluidez, lo que dificulta su nivelación adecuada después de la pulverización.
Solución: Utilice el diluyente correcto para ajustar la viscosidad de la pintura al nivel de pulverización recomendado.
Sostener la pistola pulverizadora demasiado lejos o moverla demasiado rápido hace que las gotas de pintura se sequen parcialmente antes de llegar a la superficie, lo que genera una aplicación desigual.
Solución: Mantenga una distancia de pulverización adecuada y una velocidad constante para garantizar un flujo uniforme en la superficie.
La rápida evaporación del disolvente o una temperatura ambiente elevada hacen que la superficie se seque rápidamente mientras que la capa interna permanece inestable, creando un acabado desigual.
Solución: Seleccione la combinación correcta de solventes y diluyentes y controle la temperatura y la humedad del entorno de pulverización.
Un sustrato rugoso o contaminado impide la correcta adhesión de la pintura y una nivelación suave, dando como resultado una textura de piel de naranja.
Solución: Asegúrese de que el sustrato esté liso y limpio. Lije y limpie bien la superficie cuando sea necesario.
El uso de boquillas, tapas de aire o agujas de pistola pulverizadora que no coincidan, o no calibrar el equipo, puede afectar negativamente la calidad de la pulverización.
Solución: Elija equipos de pulverización y accesorios adecuados para el tipo de pintura y asegúrese de calibrarlos periódicamente.
Proporciones incorrectas de endurecedores, aditivos o formulaciones incompatibles pueden provocar problemas de piel de naranja.
Solución: Siga estrictamente las recomendaciones del fabricante para las proporciones de mezcla de endurecedores, aditivos y otros materiales.
Mantenga la presión de la pistola rociadora dentro del rango recomendado para garantizar una atomización adecuada y un acabado uniforme y suave.
Consejo: Calibre periódicamente el equipo de pulverización para garantizar una presión de salida correcta.
Tanto una viscosidad demasiado alta como una baja pueden afectar el efecto de pulverización. Ajuste la proporción de diluyente según las condiciones ambientales y el tipo de pintura.
Consejo: Utilice una copa de viscosidad para medir la viscosidad de la pintura y asegurarse de que esté dentro del rango recomendado.
Rociar demasiado lejos o demasiado rápido da como resultado una cobertura deficiente y un flujo desigual.
Consejo: Mantenga la pistola pulverizadora a unos 15-20 cm de la superficie y muévala de manera constante.
Los tamaños de boquilla o tapas de aire incorrectos pueden provocar piel de naranja.
Consejo: Seleccione las configuraciones de la pistola rociadora según el tipo y la viscosidad de la pintura y utilice los tamaños de boquilla recomendados.
La temperatura y la humedad afectan significativamente el secado y nivelación de la pintura.
Consejo: Mantener un ambiente de pulverización estable a aproximadamente 20-25 °C y entre 50 y 70 % de humedad relativa.
El sustrato debe ser liso, limpio y libre de aceite, polvo u otros contaminantes para garantizar una adhesión uniforme de la pintura.
Consejo: Limpie completamente, lije y elimine el polvo de la superficie antes de pulverizar.
La velocidad de evaporación del disolvente y el uso de aditivos influyen considerablemente en la nivelación y el secado de la pintura. Una elección incorrecta puede provocar la aparición de piel de naranja.
Consejo: Utilice únicamente disolventes y aditivos recomendados por el fabricante de la pintura, teniendo en cuenta las condiciones ambientales.